viernes, 21 de enero de 2011

Platón, su “Mito de la Taberna” y otras verdades



En el artículo de hoy, como comprobaréis a continuación, voy a meter las narices donde no me llaman. Pretendo abordar, sin rigor alguno y desde la más absoluta arbitrariedad, la ardua tarea de desmentir y poner en cuestión la procedencia y verdadera esencia tanto del “Mito de la Taberna” de Platón como de todo aquello que lo envuelve.

Durante siglos, generación tras generación, hemos venido asistiendo con pasmosa pasividad a la génesis y consolidación de una interminable ristra de burdas patrañas. Mitos, historias, leyendas, teorías y tesis, que arropadas por una aparente y abrumadora erudición, se han depositado en nuestro subconsciente colectivo como verdades incontestables e incuestionables. Trataré de tumbar los cimientos de lo que durante cerca de 2.500 años hemos aceptado como cierto, y que es el germen de la filosofía y el pensamiento sobre los que se asientan las bases de la cultura occidental.

Aquellos que dominan hoy el mundo, es decir, el Polígono, el FIB, el KFC (Kentucy Fried Chicken), el servicio secreto uzbeco, la inteligencia militar (irónica paradoja) kazaja y la Diputación Provincial de Castellón, con el señor de las gafas oscuras al frente, desean que la verdad permanezca escondida, oculta tras las sombras, con el fin de seguir dominando el gran negocio de la iluminación de interior y de jardines.

Comenzaremos pues, apuntando alto, desmontando la figura del propio Platón. A diferencia de lo que nos han enseñado sobre él, Platón ni era griego, ni su nombre auténtico fue éste. En realidad era sajón, y pasó gran parte de su vida en su localidad natal, Lulworth Cove, en el condado de Dorset, al sur de Inglaterra. Su verdadero nombre se desconoce, pero he podido averiguar que en el ambiente en el que se movía era conocido como “Big Dish”, debido al descomunal tamaño de su cabeza, similar al de una ensaladera. Cuando los romanos conquistaron Britania, a comienzos de nuestra era, Plinio el Joven y otros reputados cronistas de la época tuvieron a bien “latinizar” el nombre. Dudaron entre llamarlo “Cabezón”, “Carapán” o “Caraplato”, adoptando finalmente la sabia decisión de ponerle “Platón”, nombre al que, acertadamente, vieron un futuro más prometedor.

Supongo que muchos de vosotros habréis oído hablar del “Mito de la Caverna”. Sabréis pues, que en él se expone, en parte, el germen de la filosofía epistemológica defendida por Platón. Según éste, el ser humano se encuentra cautivo en una caverna. Durante nuestra vida, y debido a la oscuridad reinante en el interior de esta cueva en la que nos hallamos, no somos capaces de percibir la realidad tal cual es. Tan sólo tenemos la posibilidad de vislumbrar las sombras o siluetas proyectadas de “lo real” sobre las paredes de dicha caverna. Es, por tanto, un conocimiento indirecto y diluido de la esencia de las cosas. Para ser tocados por la luz de la razón debemos hacer un esfuerzo por salir de nuestro cautiverio. No obstante, necesitaremos armarnos de valor para soportar el dolor que la luz causará sobre nuestras retinas tras el tiempo transcurrido en penumbra. Se podría resumir diciendo que se necesita valentía y voluntad para enfrentarse a la ignorancia, plantándole cara, luchando por acceder a la verdad a través de la senda del esfuerzo y el sacrificio. Muy bonito y bucólico, pero rotundamente falso.

Para empezar, la confusión terminológica entre “Mito de la Caverna” y “Mito de la Taberna” procede del lugar donde se gestó tal disparate, una sórdida taberna barriobajera ubicada en el número 10 de Mathew Street, en Liverpool, conocida como “The Cavern Club”, tal y como muestro en la imagen que inserto a continuación.


En realidad, Platón disfrutó del enorme éxito y la aprobación que le reportó su fino humor inglés desarrollado en sus “Monólogos”. Fruto de un asombroso ingenio y una vena artística sin igual, destacó como humorista en “The Cavern Club”, mostrando al mundo y la sociedad de la época una faceta cómica desbordante. Sentó las bases de la interactuación con el público, que asistía entusiasta a todas sus “performances”, participando incluso en ellas, motivo por el cual los “Monólogos” pasaron a ser denominados los “Diálogos” de Platón. Uno de los más conocidos, “El Banquete”, que realidad comenzó llamándose “El Guateque”, sirvió de inspiración al director de cine Blake Edwards para que, en 1968, llevara a cabo la película homónima, interpretada magistralmente por Peter Sellers, dando vida a Hrundi V. Bakshi, un patoso y enternecedor actor hindú.

La imagen que muestro a continuación da fe de lo que cuento. En ella se puede contemplar a Platón, radiante de carisma, durante una de sus magistrales intervenciones, en las que fusionaba a la perfección ironía, repertorio gestual, lenguaje corporal y buen hacer en el escenario. En esta ocasión trataba de deleitar al personal con la sublime interpretación de un balido de oveja escocesa.



Seguiremos con esta orgía de irrealidades, adentrándonos en los entresijos de lo que se dio a conocer como la “Academia” y sus discípulos. Pero esto será objeto de análisis y reflexión en próximos artículos.



9 comentarios:

  1. hola, alguien dijo que la historia estaba cerrada y era inamovible......eso son siglos y siglos estudiados y valorados minuciosamente; antes de ti..con maestría eres capaz de derrumbar un mito o los que hagan falta.....jajajajajaj, por favor no tardes en continuar tu alternativa histórica, tengo sed de tus conocimientos....jajajajajaj.Saludos.

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  2. Me complace ver cómo alguien trata un tema tan controvertido de manera tan imparcial. Sugiero que en tu próximo post trates uno de los mayores misterios de la historiografía platónica: el procedimiento de ingreso de los discípulos de Platón en la institución que fundó, así como las luchas en los cástings para entrar en la Academia.

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  3. tengo que darte las gracias, este cuatrimestre hemos dado a Platón, pero juro que no había entendido nada hasta que he leido tu entrada. Te has planteado dedicarte a la docencia?

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  4. Mis respuestas:


    a Bea: pues ya ves, siglos de pensamiento y filosofía arruinados en unos minutos. Tengo que terminar de recabar información, atar flecos sueltos, investigar un poco más, pero espero asestar mañana el golpe definitivo a la cuestión. Sospecho que el Polígono y el KFC siguen mis pasos. Saludos!


    a msblackberry: la que apuntas es una de las cuestiones a las que pretendo dar respuesta. También trataré de argumentar y justificar, basándome en sólidas corazonadas, la presencia del escultor Praxíteles en la Britania de los tiempos de Platón.
    Saludos!


    a Anónimo: jejejejejejejejejeje



    a mali: me satisface enormemente saber que además de intentar entretener, consigo clarificar algunos conceptos. En realidad la docencia ha sido, en parte, una de mis ocupaciones, y no puedo negar que disfruto con ella. Saludos!

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  5. Estas hecho un indocente, como te atreves como pacas y tolas puedes sugerir tal cosa de mi suegro???

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  6. **Miguel...me convertiste en tu seguidora,un abrazo fuerte...gracias, seguiré escudriñando tus escritos**

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  7. CUANDO ACABES CON LOS GRIEGOS, EMPIEZA CON LOS FENICIOS, SUEVOS, TÁRTAROS, UNOS, OTROS, Y DALE EL GRACEJO IRÓNICO DE NUESTRO LITERATO DEL HUMOR; EL INCOMPARABLE MAESTRO BORGES, NO OBSTANTE IRÈ LEYÉNDOTE POCO A POCO.-(ME GUSTA )saludos

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