De repente, al cabo de unas cuantas horas se encendió la oscuridad. Accedí a la noche impenetrable, mientras una ligerísima bruma densa giraba de forma vertiginosamente lenta alrededor de la nada más absoluta. Apenas pude percibir con nitidez un estremecedor grito sordo. Parecía imposible, pero me había vuelto a perder por primera vez.
Este blog llamado "quemecuento" nace con una clara e inequívoca vocación. Una vocación que desvelaré en cuanto la descubra. De momento, lo único que puedo adelantar es que trataré de tomarme el sentido del humor muy en serio.
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Siempre es emocionante perderse por primera vez, quéquieresquetecuente...
ResponderEliminar¡Me encantan los contrasentidos! Mi favorito: se encendió la oscuridad, ;)
ResponderEliminarEn realidad siempre se vuelve uno a perder por primera vez, ¿no? Lo bueno es cuando uno se encuentra perdido.
ResponderEliminarArturo Gordon Pym