miércoles, 28 de septiembre de 2011

Sucesos par(i)dos… En primera persona





Basado en hechos casi ficticios:

-Vamos a ver, Manolín, dado que estamos en clase de gramática, te voy a pedir que analices la frase “Paco duerme siesta todas las tardes”.
-Ya la he analizado, señorita.
-Bravo, Manolín, ¿querrás compartir con el resto de la clase tus conclusiones?
-Claro. Deduzco que Paco es funcionario, jubilado, o bien recibe algún tipo de prestación por desempleo. Por ese motivo duerme siesta todas…
-No, hombre, no. Me refiero a un análisis más gramatical.
-Vaya, ya estamos…
-Vamos a ver, Manolín, ¿sabrías analizar la oración?
-Yo de oraciones poco, señorita, soy agnóstico ortodoxo no practicante.
-Pero seguro que sabrás decirme quién es el sujeto de la oración.
-Bueno, normalmente el sujeto es Jesús.
-¿Cómo que normalmente?, ¿cómo que Jesús? Querrás decir Paco.
-No, no, qué va, es Jesús, a él se encomienda mi madre siempre en sus oraciones.
-No me estás entendiendo. El sujeto de una oración es aquel que realiza la acción que desarrolla el predicado. En el caso de “Paco duerme siesta todas las tardes”, ¿quién sería el sujeto?
-Señorita, en este caso no creo que haya sujeto.
-¿Cómo que no? ¿Y Paco?
-Que yo sepa, Paco está durmiendo, como todas las tardes. No creo que esté para mucha acción.
-Bueno, bueno, no pasa nada. Un mal día lo tiene cualquiera. Definitivamente nos quedamos con que el sujeto es Paco, ¿de acuerdo?
-Si usted lo dice…
-Sigamos pues, ¿qué persona es Paco?
-¿Cómo dice?
-¿Qué persona es Paco?
-Paco… es… Paco, ¿no? A no ser que sea Jesús o el Espíritu Santo…
-No, no es eso a lo que me refiero, ¿qué persona representa Paco?
-¡Ya lo tengo! ¡Es vigilante nocturno!, por eso necesita dormir siesta cada tarde.
-No, no van por ahí los tiros.
-Pues entonces no tengo ni idea. Necesito más datos.
-¿Cómo que más datos?
-Claro, señorita, apellidos, domicilio, número de identificación fiscal, no sé, algo para saber qué clase de persona es ese tal Paco.
-Veo que no dominas mucho la cuestión de los pronombres personales, Manolín. Tienes que estudiar más…
-Dígame al menos el primer apellido, se lo ruego… ¿Es López? ¿Paco López?, ¡¿es Paco López?!, ¡¡por favor!!, ¡¡quiero otra oportunidad!!
-Está bien, vamos a repasar los pronombres personales. ¿”Yo” qué persona es?
-¿Usted? Usted es la señorita, ¿no?
-No me refiero a yo de usted sino a yo de yo.
-Pues no sé, yo de yo será como un yo interior, como una especie de mí mismo.
-No, no, y mil veces no. Vamos a ver, Manolín, ¿quiénes son la primera, segunda y tercera persona del singular?
-¡Ah!, señorita, haber empezado por ahí. La primera persona fue Adán, luego vino Eva, que salió de la fe moral de Adán, siendo la segunda persona, y la tercera persona no me la sé, pero no ha estado mal, he acertado dos de tres, ¿he aprobado, maestra?
-¡No tienes ni idea! ¡La primera persona soy “yo”, y la segunda “tú”!
-Es usted un poco ególatra señorita.
-No soy ególatra, la primera persona siempre es “yo”. Si tú fueses “yo”, tú serías la primera persona.
-¡Qué lío! Si yo fuese usted sería mucho más comprensivo.
-No me entiendes, pregúntate a ti mismo, ¿quién soy yo?
-¿Quién soy yo?
-No es eso, pregúntate ¿qué persona soy?
-¿Qué persona soy?
-No, no, no. Responde a la pregunta.
-Pues soy una persona honesta, sincera y poco estudiosa.
-Veo que no lo terminas de captar. Yo soy yo, y tú eres tú, pero si tú fueses yo, para ti yo sería tú. Yo soy la primera persona y tú la segunda, aunque para ti, tú, que eres yo, serías la primera y yo que soy tú, sería la segunda. Es muy sencillo.
-No estoy de acuerdo, no me gusta nada toda esta compleja arbitrariedad.
-Nada de eso. ¿Quién es la tercera persona?
-¿Aún hay más gente?
-Sí, la tercera persona es “él”.
-¿Él? ¿Quién?
-¡Él!
-¿Jesús?
-¡No! ¡Él, él, él!
-Pero, ¿cuál de todos? El Rober, el Johnny, el Moñas, ¿cuál?
-Es igual, cualquiera de ellos.
-No lo entiendo. ¿El Johnny mismamente?
-Por ejemplo.
-Entonces el Rober, ¿qué es?, ¿cuarta persona del singular?
-Manolín, no hay cuarta persona.
-No lo entiendo, señorita, la gramática no tiene lógica.
-Bueno, Manolín, ¿qué has entendido hasta ahora?
-Poca cosa, que usted es una persona de primera y yo soy de segunda.
-Da igual, ya lo comprenderás cuando vayas a la Universidad, en horario de tutorías. En la oración que nos ocupa, Paco es el sujeto, tercera persona del…
-Alto, un momento, un momento… ¿No habíamos quedado en que la tercera persona era el Johnny?
-Pues ahora es Paco.
-No lo entiendo.
-No hay nada que entender, ¡es Paco y punto!, ¡asúmelo!
-Vale, vale…
-Bien, ya sabemos que Paco es el sujeto, tercera persona, ¿singular o plural?
-Pues Paco López es una persona con una serie de particularidades, como casi todo el mundo, que hacen de él un tipo muy singular. Mi respuesta es singular, ¿es correcto?
-Sí, es correcto. Bien, Paco es el sujeto, tercera persona del singular. Vamos ahora con el predicado, ¿sabes qué es el predicado?
-El predicado es lo que decía el profeta, ¿no?
-No… Bueno… Es posible… ¿Cómo está formado?
-¿El profeta o el predicado?
-El predicado, ¡por Dios!
-El predicado por Dios está formado por los Evangelios, las Sagradas Escrituras…
-Para, para, para... No me refiero a ese tipo de predicado, ¿sabes cómo se forma un predicado normal?
-A base de ejemplos.
-¿Qué cojones dices?
-Pues eso, mi padre siempre dice que hay que predicar con el ejemplo…
-Vamos a centrarnos en la oración que nos ocupa. El predicado sería “duerme siesta todas las tardes”.
-No lo entiendo.
-¿Qué coño no entiendes?
-No me parece que dormir siesta todas las tardes sea un buen ejemplo a seguir.
-¡Y a mí qué más me da que sea un buen ejemplo a seguir! ¡Es una puta frase!, ¡¡es sólo una puta frase para analizar!!
-Señorita, está usted perdiendo los papeles, cálmese, por favor.
-Está bien, de acuerdo, vamos a serenarnos un poco… El verbo, ¿sabes qué es un verbo?
-En el principio.
-¿Cómo que en el principio?
-Efectivamente, y cito textualmente de memoria:"En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas" (Juan. 1:1-3).
-¡Esto no tiene nada que ver con la gramática ni con la sintaxis, ni con nada de nada!
-Señorita, debería usted leer más la Biblia, tal vez ilumine su camino.
-Mira, Manolín, no has estudiado absolutamente nada, tienes una confusión notable.
-¿Notable? Muchas gracias, señorita, es una nota muy buena. Tenía razón, es usted una persona de primera.

8 comentarios:

  1. Sigo sin entender por que me ha suspendido, señorita.
    Manolín.

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  2. Mucha gracia, es como El Chavo, un humor basado en malentendidos, está muy bueno, muy bueno realmente.

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  3. Jajajaja...!madre mía!, Miguel !cómo he echado de menos leerte!!!!.

    Lamento muchísimo mi ausencia, pero por motivos de trabajo ha sido realmente imposible...por desgracia he tenido que dormir...

    Espero que todo te vaya bien...y !qué decirte! es un placer leerte...jajajaja.

    La frase con la que me quedo...es Paco...es Paco....jajajaja !buenísimo!

    Un beso.

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  4. Hola.
    Me gustó mucho tu relato. Sin duda Manolín es chico notable, ha leído la biblia como ninguno.
    Lo que dice es muy acertado, es la maestra la no se a dado a entender, ja ja ja. Lo he disfrutado.
    Un abrazo;
    Lucía

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  5. Me ha gustado mucho tu relato, gracias por dejarme el enlace en Facebook

    Buen blog, te sigo
    Lourdes

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  6. Hola,precioso relato, puro, gracias por compartirlo, regreso ligero de equipaje a tu hermosa casa, aquí me quedo, muy agradecido, pasa buen día, besos trotamundos....

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  7. ESte mensaje es a modo de saludo, ya te sigo y voy a continuar explorando tu espacio, que me ha dado una buena impresión. Un saludo desde Uruguay Luis y te espero en mi blog si quieres compartir algo también

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