lunes, 13 de febrero de 2012

Sucesos par(i)dos...Odisea, perdón, osadía en el espacio






-Houston, tenemos un problema.
-Aquí la Tierra. ¿Qué ocurre, comandante?
-Verá, tenemos un problema de gravedad...
-¿Se ha descompresurizado el compresurizador gravitacional?
-No.
-No me diga que ya se ha vuelto a descondensar el condensador de fluzo.
-No, no. Ese cacharro no sé para qué coño sirve, pero funciona a pleno rendimiento.
-Entonces, ¿se ha desconfigurado el configurador de sistemas sistemáticos?
-No, esta vez no. Es más grave todavía.
-No me asuste, comandante. ¿De qué se trata?
-Pues verá, mi general, se nos ha olvidado traer la olla de albóndigas que preparó la madre del capitán Kirivalenko. ¿La han visto por ahí?
-Sí, la señora Kirivalenko estuvo esta mañana por aquí...
-No, hombre, no. Me refiero a la olla de albóndigas.
-Me temo que eso es información confidencial...
-Me preguntaba si habría forma de poder recuperarlas...
-Imposible. Se las ha comido el sargento Akerson.
-Vaya, siempre es el mismo. En cuanto volvamos mañana de la misión lo hincho a hostias.
-¿Ha dicho mañana? La misión que se les encomendó durará cuatro años.
-¿Cuatro años? Creí entender que era hasta el martes, mi general.
-¿Hasta el martes? ¡No, hombre, no! Se dijo que era hasta Marte, ¡hasta Marte! A ver si presta usted más atención la próxima vez.
-¿A Marte? ¡No es posible! ¡Qué disgusto!
-¿Qué ocurre?
-Nada, nada, que es una gran contrariedad. Apenas tenemos víveres para un par de días.
-Mire en la guantera, suele haber galletas saladas.
-Nada, está vacía.
-Habrá sido Akerson.
-Lo imaginaba. Oiga, ¿y no podríamos volver antes? El domingo tengo la comunión de un sobrino.
-Imposible. ¿Dónde es la comunión?
-En la Iglesia de Nuestra Señora de los Desamparados de Wisconsin.
-Vaya, lo siento. Creo que no les pilla de camino.
-Cuando mi mujer se entere de que no vuelvo hasta dentro de cuatro años se va a enfadar bastante...
-No se preocupe, comandante. Cuatro años se pasan volando.
-Ya lo creo, en este caso volando por el espacio sideral...
-Tranquilo, desde aquí les envío todo mi apoyo. ¿Tiene alguna duda sobre la misión?
-Sí, mi general, ¿no sabrá usted si en Marte hace buen tiempo?
-Creo que refresca un poco por las noches. Imagino que llevarán ropa de abrigo.
-No, pensaba que no haría falta... Bueno, sí, creo que metí un chándal de felpa en la maleta...¡Ah! Y también unas botas katiuskas por si llueve...
-Bueno, bueno, que no cunda el desánimo... Dígame, por favor, cual es el estado de la tripulación.
-Mi general, el estado de la tripulación es de embriaguez absoluta.
-¿Qué coño significa eso?
-Embriaguez es lo mismo que estar borracho.
-¡Déjese de gilipolleces, comandante! Ya sé lo que es la embriaguez, ¿qué se cree usted?¡Yo también estoy borracho! Le preguntaba que por qué están ebrios ustedes.
-Pues verá, es muy sencillo. A consecuencia de la bebida.
-Pero... ¿no decía que no tenían víveres?
-Víveres no, pero béberes sí. Al capitán Kirivalenko lo patrocina una conocida marca de vodka. A cambio, se ha comprometido a formar parte de una campaña que trata de fomentar el consumo serio irresponsable de alcohol. Y como puede usted imaginar, le estamos apoyando con la máxima seriedad a beber vodka de forma temeraria.
-Pero... ¿no se referirá a un consumo serio y responsable?
-Pues mire, desconozco los términos exactos a los que se refiere esa campaña, pero puede que tenga usted razón. De hecho, ahora mismo creo estar atravesando la nebulosa de Orión y sin embargo el navegador indica que estamos volando a escasos cien metros sobre Cuenca.
-¿Se puede saber dónde cojones le dieron a usted el título de astronauta?
-¿Astronauta? Quite, quite... Me parece una profesión muy peligrosa.
-¿No es usted astronauta?
-No, no, qué va. Soy cibernauta. Me encanta navegar por internet.
-Pero... En su currículum ponía que le gustaba viajar por el espacio...
-No, no. Lo que me gusta es viajar despacio, disfruto mucho del trayecto, ¿sabe?
-Pero...¿no estuvo usted dos años en la estación rusa Mir?
-No, hombre, no. Estuve dos años tratando de superar el examen MIR para ser médico interno residente, pero desistí cuando me enteré de que tenía que estudiar primero la carrera de medicina... Una locura, vamos...
-¡Haga el favor de volver inmediatamente a la base!
-¿Podría hablar más alto? ¡Aquí dentro no se escucha nada a consecuencia de los cánticos del capitán Kirivalenko!
-¡¡Le digo que vuelva inmediatamente!!
-¡¿Cómo?!
-¡¡Que vuelva!!
-¡¿Qué dice?!
-¡¡¡Vuelva!!!
-¿Huelva? Sí, acabamos de pasarla. Preciosa desde el aire, oiga.


3 comentarios:

  1. Hola Miguel:

    Muy apropiado el título para tu texto, ja ja

    Hablando de albondigas en el espacio ... :) ¿A quién se le ocurre si no es a ti ? ¡¡ Qué locura !! je je je

    Enhorabuena por el despropósito del contenido

    ResponderEliminar
  2. Has llevado lo cotidiano al espacio. Un diálogo chispeante. Más.

    El abate Lesage

    ResponderEliminar
  3. De repente tengo un antojo terrible de albóndigas, ;) Un bocata de albóndigas. Voy a llamar a mi madre. Genialmente absurdo, absurdamente genial, como siempre, besos!!

    ResponderEliminar

Si te ha gustado esto, tal vez te interese