A lo largo de la Historia el ser humano ha tratado de domesticar a la madre naturaleza y, con ella, la esencia de los elementos que constituyen nuestro entorno. Tierra, fuego, agua y aire fueron, son y serán objeto de estudio de alquimistas, chamanes y científicos. Hoy, en quemecuento, rendimos nuestro particular homenaje a todos aquellos que día a día se esfuerzan por hacer que el aire (acondicionado, vale, pero aire al fin y al cabo) forme parte de nuestra vida cotidiana.
A los que se lo toman con un cierto aire de tranquilidad
A los que aspiran a un ascenso profesional
A los que no saben si saldrán airosos
A los que practican la doma y monta de aparatos salvajes
A los que, sobre un compresor, sueñan con ser jinetes al galope
A los que se profesan un profundo afecto
A todos ellos, gracias por hacer de éste un mundo mejor ventilado.
¡Ay, mi madre! Qué angustia me están dando las fotitos estas, parece que nadie les habló de prevención de riesgos laborales, ¿verdad? Beso
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