jueves, 14 de abril de 2011

La gravedad, una Ley de mucho peso y sumamente atractiva


Como todos sabéis, la gravedad es una cuestión de peso que no puede ser tomada a la ligera. Imagino que también conoceréis a su creador, un tal Isaac Newton. Este buen hombre se hallaba, durante una calurosa tarde de verano, descansando bajo la sombra de un árbol (ciertos historiadores sostienen que estaba pensando, pero no hay modo de probarlo, pues según parece ya fallecieron tanto el señor Newton como el árbol). Se dice que le cayó una manzana en la cabeza y raíz de este infortunio nos obsequió con su conocida Ley de la Gravedad. Me pregunto qué hubiera sucedido si en lugar de una manzana hubiese recibido el impacto de un melón. Intuyo que la ley habría adquirido un carácter mucho más grave, al igual que sus lesiones. No digo que esté mal, cada planeta tiene lo que se merece, de hecho supongo que en Marte se vive peor, bajo el influjo de la Ley Marcial.




Como decía, la Ley de la Gravedad fue inventada, en principio y en “Principia”, alrededor de 1687, y se trata de una norma de obligado cumplimiento con carácter no retroactivo. Con anterioridad a la entrada en vigor de dicha Ley, los seres y objetos de nuestro planeta no estaban sujetos a la acción de la gravedad. De hecho, la expresión “vivir anclado en el pasado” viene a confirmar esta hipótesis. El único modo de permanecer sujeto a la Tierra era a través de anclajes que evitaran las tan temidas levitaciones espontáneas. Es más, me atrevería a afirmar que las denominaciones de Edad de Piedra y de las distintas Edades de los Metales, hacían referencia a los materiales que la gente de entonces guardaba en los bolsillos para no salir volando en contra de su voluntad. Frases muy repetidas en la Antigüedad, y que ilustran lo que vengo diciendo son “andar con pies de plomo” o “ponérsele a uno los huevos de corbata”, pues en ausencia de campo gravitacional, los testículos tenían mayor margen de movilidad que en la actualidad, subiendo y bajando a su libre albedrío.
De este modo resulta muchísimo más plausible el ascenso de Cristo a los cielos, que debió tratarse, según mi teoría, bien de un descuido o bien de falta de lastre, ya que previamente había abandonado todas sus pertenencias.

A partir de la creación de la Ley de la Gravedad, se acuñan expresiones como “tener los pies en el suelo” o “la tierra tira mucho, concretamente el producto de las masas partido por la distancia que las separa al cuadrado y todo ello multiplicado por una constante llamada g, que tiene un valor aproximado de 9.8 metros por segundo al cuadrado”. De esta segunda frase acabó cayendo la parte explicativa de la misma, no precisamente como consecuencia de la gravedad, sino más bien por razones de marketing y de ahorro verbal.

Si bien el concepto de gravedad, en el plano teórico, se estudia a lo largo de la educación secundaria, el aprendizaje práctico y análisis de la gravedad de la gravedad (valga la redundancia), lo incorporamos a nuestra órbita de conocimiento a una edad mucho más temprana, aproximadamente en el momento en que empezamos a caminar o, al menos, a intentarlo. Es tan sólo una muestra más de la precariedad e irracionalidad de nuestro sistema académico. Tal vez sería conveniente incluir en el currículo de la etapa de educación infantil algún objetivo al respecto. Calcular nuestro propio centro de masas, analizar distancias, sopesar el riesgo de subirse a una mesa y valorar la necesidad de pedir ayuda para bajar de la misma son herramientas procedimentales y actitudinales que a cualquier niño de 3 años le podrían venir muy bien.

Citaré, a continuación, nombres de ilustres personajes cuya vida ha estado, de un modo u otro, ligada a la cuestión que nos ocupa.

En primer lugar tenemos a John Graves, escritor norteamericano del siglo XX. Tras permanecer largos años a la zaga, concretamente dos pasos por detrás de su coetáneo y tocayo John Dos Passos, el gran salto a la fama lo dio gracias a su novela “Goodbye to a River”.

A continuación encontramos a Thomas Gravesen, exfutbolista danés del Real Madrid, recordado aún por el grave incidente que protagonizó durante un entrenamiento junto a su compañero de equipo Robinho, al que no le caía muy bien. La disputa se produjo, seguramente, tras un acalorado debate y una agria polémica acerca de la necesidad o no de marcar más goles que el contrario para ganar un partido.

Siguiendo la línea trazada, nos detenemos en la figura de Federico Carlos Gravina, Capitán General de la Real Armada Española. Cayó abatido durante la Batalla de Trafalgar, falleciendo poco después como consecuencia de la gravedad de sus heridas.

Un hecho insólito, que ilustra las desavenencias que se producen, en ocasiones, en el seno de una misma familia, es el que encarnan los hermanos Louis y Neil Armstrong. El primero, Louis, músico insigne de voz grave donde las haya, siempre permanecerá en nuestro recuerdo a través de su célebre “What a wonderful world”. El segundo, Neil, eclipsado por la cavernosa voz de su hermano, consagró su vida a escapar de la gravedad por la que tanto se reconoció a Louis, con bastante éxito, por cierto, puesto que se convirtió en uno de los primeros viajeros del espacio, además de dar nombre a la nueva profesión, la de armstrongauta. Fue el primero en “dar el salto al estrellato”, y de él se dice que acuñó la frase “estar de vuelta de todo”, aunque según parece lo que realmente quiso decir fue “todo me está dando vueltas”, incluso las palabras, añadiría yo, probablemente como consecuencia de la ingravidez.

Además de estos ejemplos, existe una serie de apellidos de personajes públicos, en los que de forma más o menos implícita se puede apreciar claramente cómo la gravedad sube un peldaño más en su escalada hacia lo manifiestamente nocivo. Entre otros encontramos los casos de Ana Mato, Jaume Matas y Alfonso Guerra, representando a la clase política, Gorka Verdugo, ciclista profesional, Pedro Riesgo, exfutbolista, Patxi Puñal, futbolista, Sandra Golpe, presentadora del informativo matinal de Antena 3, Arcadi Espada, periodista, Kiko Veneno, músico, o la mítica Elisabeth Arden, procedente del mundo de la cosmética y la perfumería.

Por último, me gustaría destacar el papel de Goya en relación a la materia que estamos tratando. Aquejado por una grave sordera, consagró la última etapa de su vida al desarrollo del grabado.

Otro contexto en el que, con frecuencia, hace acto de presencia la gravedad es en el ámbito de la sanidad. Por ejemplo, si el médico diagnostica que padeces cálculos renales, más que grave, que lo es, deberías saber que se trata de una especia de gravilla.

Tendemos a pensar, no sin cierta razón, que aquello que sube acaba descendiendo, y solemos apuntar hacia la gravedad como causante de tal efecto. Sin embargo, pasamos por alto que no siempre es ella la principal responsable de todo lo que cae. Por ejemplo, mis amigos me caen bien, con o sin gravedad de por medio. El hecho de que se me haya caído el pelo responde más a motivos de orden alopécico-androgénico que a los relativos al campo gravitacional. Cuando caigo del burro es porque he caído en la cuenta de algo que hasta ese momento ha pasado inadvertido para mí. Si me tengo que dejar caer por algún sitio, no hace falta que tome altura para hacerlo. Cuando un político se cae de una lista electoral no suele romperse las costillas, a pesar de que a más de uno se le debería caer la cara de vergüenza. ¿A quién no se le ha caído un mito?, ¿verdad que no se ha roto?
En fin, espero que este artículo no caiga en el olvido. Si lo hace, estoy convencido de que no será debido a la fuerza de la gravedad sino que lo hará por su propio peso.

9 comentarios:

  1. Ja ja! Y esta es solo la primera de las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza. ¿Para cuándo la electromagnética, nuclear fuerte y nuclear débil? Ja ja!

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  2. jajajajaj...

    Miguel, gracias me hacía falta leerte...estos días la gravedad me ha hundido un poco más en el lodo....

    Te leo asombrada, entre la risa más hilarante y el poder y dominio que tu mente ejerce con su gravedad...sobre las palabras...

    jajajajaja, un texto magistralmente escrito.

    Un beso, de esos que tienes que coger impulso, por la gravedad...(traducción: pesan más las posaderas....ajajajajajaj)

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  3. Quería hacerte llegar, para la tesis que quieres redactar sobre la gravedad, algunas aportaciones que a lo mejor te sirve al efecto gravitatorio:
    -las Obras completas de Graviel Mirón (no confundir con Grabiel Miró)
    -La teoría general de gravamen en la declaración de la renta
    -La gravedad de la situación actual, de Antonio Luis Alpargatero

    Si quieres algo más grave no tienes más que pedírmelo

    El dómine Cebra

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  4. Asi que todos mis problemas de distraccion, astraismo y sindrome soñador se debe a que la dicha ley nunca la entendi... Cielos, gracias por resolver sin terapia , la imaginaria bipolaridad que me "mantenia enganchada". sabes, lo mas parecido a la ley de gravedad es mi apellido "castaño"...bonito arbol!!!
    Ahora entiendo eso de que venimos del mono, y la mania de depilarnos relacionada.
    Me encanto.Solo algo no lo pille...eso de la sanidad, sobre el calculo y la gravilla. Aunque bueno , segun la simbologia de los riñones y la aparicion de esa molesta "gravilla" o piedras, significan pesos u obstaculos que van cogiendo volumen del que uno no se puede deshacer..jeje si tiene un hilo comun. Un abrazo

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  5. Cuanto me ha gustado este texto, Miguel. Con independencia de las relaciones tan ingeniosas que siempre realizas, existe en él, o al menos yo lo he sentido así, interesantes parámetros diría que filosóficos. Y desde este punto de vista personal citaría una frase de Kundera alojada en su obra "La insoportable levedad del ser": la contradicción entre peso y levedad es la más misteriosa y equívoca de todas las contradicciones.

    Besos

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  6. Miguel,

    Enhorabuena! He disfrutado mucho de tu entrada; si viene al caso una futura entrada sobre la gravedad te citaré con entusiasmo.

    También añado el toque cuántico. ¿Sabéis como se llama la partícula mínima de la gravedad? Facilito, facilito, el Gravitón!

    Besos gravitacionales, Marisa-.

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  7. ooh muy bien interesante, ahora ya entiendo todo, me queda mas clara jaja. saludos

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  8. Me has convencido Miguel, estas muy grave!!!!

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