jueves, 24 de marzo de 2011

Sucesos par(i)dos….una gestión municipal, en mayor o menor medida


Dedicado a todas aquellas personas que en alguna ocasión fueron a resolver una duda con la Administración Pública y salieron de allí con cuatro, es decir, con dos dudas y dos huevos, metafóricamente hablando, bien hinchados. También va dedicado a quienes desempeñan y desarrollan funciones o labores públicas y soportan estoicamente situaciones como la que aquí se cuenta.



-Buenos días, quisiera saber la documentación que debo aportar para solicitar el permiso para llevar a cabo unas obras en mi casa.
-¿Para mayores o menores?
-Oiga señorita, creo que eso no es asunto suyo…
-Discúlpeme señor, pero necesito saberlo, el trámite es distinto.
-En ese caso… La obra es para mi señora y para mí, 45 y 48 años respectivamente, somos mayores, aunque jóvenes de espíritu.
-No me ha comprendido. Me refiero a la obra que pretende realizar, ¿es mayor o menor?
-Ni idea. Supongo que estará en el límite.
-¿Cómo?
-Nuestra casa cumple 18 años en un par de meses, ¿se necesita autorización paterna para hacer obras en ella?
-No, no es preciso, pero necesito saber si las obras que llevarán a cabo están englobadas dentro de lo que se conoce como obras mayores.
-De acuerdo, pero ignoraba que su departamento llevara todas las competencias de los mayores.
-No. Los temas mayores se reparten entre las distintas Concejalías. De las Personas Mayores se encargan en Bienestar Social, de las Aguas Mayores en Infraestructuras y Saneamiento. Las Fiestas Mayores son competencia de la Concejalía de Fiestas y de las  Palabras Mayores se ocupan en el Departamento de Atención al Ciudadano Disgustado y Quejas Variopintas. Para Obras es aquí. Nos ocupamos de las mayores así como de las menores.
-No sabe cuánto me alegro de que se ocupen también de las menores. Tengo una hija en una edad complicada…¿Se pueden hacer ustedes cargo de ella durante unos añitos?

-No, déjelo. A ver si nos centramos un poco. Le haré una serie de preguntas para determinar si su obra es mayor o menor. Dígame, ¿tocan la estructura?
-No, en casa somos más de tocar el piano.
-Digo que si sabe usted si durante el desarrollo de las obras piensan tocar la estructura.
-Normalmente no creo.
-¿Qué?
-Solemos andar con cuidado por casa. Mi mujer me tiene prohibido rozarme con las paredes, así que la estructura ni se imagina lo poco que la tocamos.
-Me refiero a que si van a llevar a cabo algún tipo de trabajo que afecte a los pilares, a las vigas o a cualquier otro elemento estructural.
-Espero que no…
-¿Cómo que lo espera? ¿No lo sabe?
-Soy una persona muy empática y si algo le afectase a los pilares o a las vigas sentiría su dolor como mío propio. No me lo podría perdonar…
-(Paciencia, serenidad, venid a mí…) A ver, ¿Piensa usted modificar su fachada?
-Oiga, creo que no deberíamos llevar esto al terreno personal…
-¡Necesito saberlo también!
-De acuerdo, de acuerdo... Estoy esperando a las rebajas para hacerme con una chupa de cuero que me dé un aspecto más molón y una fachada más juvenil, pero no se lo diga a mi mujer. Es una sorpresa.
-Pero, vamos a ver, ¿tiene usted alguna idea de lo que quiere hacer?
-Sí, claro. Me apetecería muchísimo invitarla a usted, ahora mismo, a un café.
-Me refiero a cuáles son las necesidades que quiere usted satisfacer.
-¡Ah, caramba! Haber empezado por ahí. Pues la verdad es que sí, y aunque me da un poco de reparo decírselo, llevo un rato conteniendo una ventosidad y necesitaría con urgencia satisfacerme. Ya me entiende…¿Puedo?
-Adelante hombre, no se corte, está usted en su casa…
-No exactamente señorita, esto es el Ayuntamiento. Mi casa es el lugar donde quiero realizar la obra, ¿recuerda?
-Sí, claro señor, no creo que lo pueda olvidar tan fácilmente…Prosigamos. ¿Ha hecho usted algún proyecto?
-Claro, desde joven soñé con tener una esposa a la que amar y unos hijos a los que cuidar, de hecho…
-¡No! ¡Déjelo!, ¡no quiero saberlo!, ¿tiene usted un arquitecto?
-A ver, a ver… Deje que mire… No, es una lástima, acabo de darle el último que me quedaba a la señora de la frutería. No sé a qué viene este absurdo interrogatorio…

-¿Se puede saber en qué va a consistir su obra?
-Preferiría no decírselo.
-Pero, ¿¡Por qué!?
-Es un secreto.
-¡Oiga! ¡Esto es el Ayuntamiento!, ¡son cosas que debemos saber!
-Usted me cae bien. Permítame que le diga que hace demasiadas preguntas. ¿Tiene usted marido?
-¿Y eso qué tiene que ver?
-Nada, pero… ¿lo ve? ¿Verdad que molesta que le pregunten cosas privadas?
-¡Es distinto!
-¿Quién? ¿Su marido? Ya me imagino, debe ser muy especial para usted, distinto a todos los demás, se le ve muy enamorada…

-¡Escúcheme bien, cenutrio descerebrado, quiero que me diga de una puta vez en qué va a consistir la rehabilitación de su maldita vivienda!
-Oiga señorita, usted está muy equivocada, mi casa está perfectamente. No necesita ninguna rehabilitación, ¿quién le ha dicho semejante tontería?
-¡Usted, coño, usted! Llevamos media hora tratando de averiguar si es mayor o menor, su obra.
-Claro, mi obra de teatro “Gamuzas para normales”. Como vendrá poca gente, pretendo hacer la función en casa…Y usted me está liando de mala manera con que si es mayor, menor, si toco la gaita, o si dejo de cambiar de look... Yo sólo quiero saber si necesito pedir permiso para actuar en mi propia vivienda…¿Esto no es el departamento de Humanismo?
-No señor, esto es Urbanismo.
-¡Vaya por Dios! No sabe cuánto lamento la confusión. En compensación, le regalo cuatro entradas para el estreno, ¿las quiere?
-De acuerdo. Pero sólo si me promete que no volverá por aquí jamás…
-Está bien señorita, se lo prometo. Una última cosa, ¿las entradas las prefiere para mayores o para menores?

10 comentarios:

  1. Querido escribano: Te propongo cambiar el nombre de la sección Quemecuento por el Quemedescojono. Qué manera más inteligente de hacer humor con las humildes palabras de las cosas cotidianas que acontecen no en la rúa. He llorado por ambos ullos de la risa que ma entrao al leer este post.

    El pobrecito hablador

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  2. Muy bueno Miguel. ¡Me encanta este humor basado en "el absurdo" !.

    Un saludo.

    Mar

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  3. jajajajaj...

    Miguel, no me puedo cansar de decírtelo...Eres buenísimo...

    Leyéndolo, me ha parecido estar ahí, intentando contener la risa, entre los dos.

    Un beso...jajajajaja, es que no paro.

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  4. Es que esto no se puede aguantar, Miguel, es que elucubrar estas historias tan rocambolescas ni con drogas ni con alcohol de 96, ¿cómo se puede ser tan ingenioso y no morir con tanto ingenio?
    Altamente recomendable.

    Besos

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  5. Espero que este comentario sea el primero de muchos otros... Me ha encantado, de veras.
    Sigue escribiendo así de bien.

    Un saludo

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  6. Qué rato acabo de pasar. Cómo me río. Se me ha encajado la mandíbula. Y la cosa admite más de una lectura.

    Andrés Niporesas

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  7. "Gamuzas para normales", por favor, resérvame una butaca en primera fila para ver a este "cenutrio descerebrado" hacer de las suyas. El teatro del absurdo es una delicia, y este post tuyo del absurdo-burocrático también.

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  8. Excelente, Miguel. Me lo he pasado bomba. Absurdo y genial.

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  9. jajaja q divertido parece como si en todos lados fuera asi. felicidades me gusto mucho y me rei mucho tamb saludos

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