domingo, 27 de febrero de 2011

No es lo mismo...


En ocasiones, el orden sí importa…


-Menudo vecino ejemplar.
-Menudo ejemplar de vecino.
-Un vecino ejemplar menudo.
-Un ejemplar de vecino menudo.


-Poner ya a calentar los huevos al baño María.
-Poner ya a María a calentar los huevos en el baño.
-El baño de los huevos pone ya a calentar a María.
-María, ya que te pones, calienta los huevos en el baño.


-Cuando Ana saca a pasear la perra al quicio de la puerta me río.
-Ana me saca de quicio cuando la perra que ríe pasea por la puerta.
-Me desquicia pasear a la perra cuando Ana ríe en la puerta.
-La perra, en la puerta, se desquicia cuando Ana me saca a pasear por el río.


-A veces pienso que haces el baile del vientre como el culo de mal.
-Cuando haces mal de vientre, a veces pienso en el baile del culo.
-Pienso bailar mal cuando hagas de vientre heces como el culo.
-Vas mal, como las heces, pienso, que bailan, a veces, del vientre al culo.


-Estoy con unas personas cariñosas que comen lasaña.
-Estoy con unas osas que, con cariño, comen personas y lasaña.
-Estoy con unas personas que, con cariño, comen lasaña de osa.
-Cariño, estoy con unas personas que comen osas con saña.


-Un amigo toma a alguien por el pito del sereno.
-Algún amigo toma al sereno por el pito.
-El sereno toma el pito de algún amigo.
-Alguien sereno toma el pito de un amigo.


-Están hechos unos zorros, todo el día metidos en la cama.
-Están hechas unas zorras, todo el día metidas en la cama.


-Tío, no has cambiado, astuto y calculador, como un viejo zorro.
-Tía, no has cambiado, astuta y calculadora, como una vieja zorra.


-¿Qué coño tendrá que ver Juan con la amiga de Ángela?
-¿Tendrán que ver Juan y Ángela un coño con la amiga?
-¿Tendrá que ver Juan el coño de Ángela o el de la amiga?
-Juan, tienes que ver el coño de la amiga de Ángela.


-¿De qué cojones hablan esos dos amigos?
-Esos dos amigos hablan de cojones.
-Esos dos hablan de los cojones de los amigos.
-Los cojones de los amigos hablan de dos en dos.


-Me importa una mierda que él y ella esperen mucho más juntos.
-Ella me importa, mucho más que él espere junto a una mierda.
-Esperar una mierda me importa mucho más que él y ella juntos.
-Junto a una mierda espero que él y ella me importen mucho más.


-Me parece que este año me gustaría montar el Belén con una vaca y una burra.
-Este año montaría a Belén con gusto en una vaca que parezca una burra.
-A la burra que se parece a Belén le gustaría montar en vaca este año.
-Un año de estos, parece que una vaca y una burra me montarán gustosas un Belén.


-Te quiero un huevo, tío.
-Quiero tu huevo, tío.
-Quiero un huevo de tu tío.
-Tu tío quiere tu huevo.


-He dado por perdido el partido por un dolor en el culo.
-Duele haber dado por culo en un partido perdido.
-He dado por perdido el culo, me parto de dolor.
-Me duele partirme el culo por haber perdido a los dados.


-¡Vaya basura de proyecto! La idea de que no cierren las compuertas es una cagada que apesta.
-La idea del proyecto es que las cagadas que apestan cierren las compuertas de la basura.
-Proyectar que las cagadas de basura apestosa vayan sobre las compuertas es una idea no cerrada.
-¡Que el proyecto vaya a la basura! Llevo la idea de cagar, cierren las compuertas, que apesta.


-Échale huevos, si tienes, y sal a la calle, a ver si eres hombre.
-Hombre, si tienes huevos, a ver si le echas sal a la calle.
-Calle hombre, a ver si nos echan huevos y sal, si tienen.
-A ver si eres hombre, échale sal a los huevos, si tienes, en la calle.


-Admirar las luces de Chicago de noche, desde los aires o el coche.
-Admirar a la chica que caga de noche, desde el aire o con las luces del coche.
-Lúcete cagando de noche al aire, que la chica, desde el coche, lo admira.
-Desde la noche, admiro a la chica que airada, sin luces, caga en el coche.


miércoles, 23 de febrero de 2011

Algo huele mal en ésta, nuestra comunidad

En primer lugar quisiera pedir disculpas. El asunto que pretendo abordar en el post de hoy me queda grande. No tengo muy claro cómo gestionar la información que llevo entre manos, ya que se trata de algo gordo, muy muy gordo, y que, además, apesta mucho.
La imagen que muestro a continuación (aparentemente un simple cartel informativo de la Conselleria de infraestructuras y transporte de la Generalitat Valenciana), se me antoja, como poco, inquietante. Os pido, por favor, que dediquéis unos segundos a leer su contenido…
¿No creéis que se trata de una insolencia y una desvergüenza anunciar a bombo y platillo, de esta forma tan fría y calculada como ostentosa, los diabólicos planes de exterminio que las autoridades tienen preparados para nosotros?



Dado que, según muestra con descaro el cartel, se proyecta la tercera fase del plan de gasificación de la Comunidad Valenciana, doy por sentado que nuestro particular y peculiar holocausto regional ya ha debido dar comienzo en sus fases primera y segunda.

Desde aquí hago un llamamiento a nuestros vecinos del norte, castellonenses y valencianos: ¿Hay muchas bajas? ¿Cunde el pánico con facilidad? ¿Están ustedes bien? ¿Están, al menos, ustedes? Si es así, por favor, pónganse en contacto con nosotros, los sufridos y abnegados habitantes alicantinos del sur. Les ruego que nos hagan llegar informaciones veraces e imparciales sobre todo lo que, ahora mismo, está sucediendo en sus respectivos municipios, con el fin de prever con la mayor antelación posible, las catastróficas consecuencias de esta aterradora oleada genocida institucional, así como planificar y valorar las posibilidades de conservación de nuestras propias vidas.

La pregunta que ronda por mi cabeza es: ¿por qué?. Si bien puedo estar de acuerdo en que con la gasificación masiva de la población se acabaría, eficazmente y de un plumazo, con el problema del paro, el absentismo escolar, las listas de espera sanitarias y la lacra de la delincuencia, también me planteo que, probablemente, deberían ustedes, señores consellers, sopesar y valorar, en su justa medida, el desgaste electoral que una decisión de esta índole y magnitud provocaría en su ya de por sí mermado y, a partir de ahora, menguante electorado.

Del mismo modo, aprovecharé para alzar la voz y, de ese modo, formular y extender una petición desesperada de auxilio, que a su vez es una advertencia previsora. Insto y apelo a nuestros apreciados, distinguidos, y ahora más que nunca, necesarios, ciudadanos y ciudadanas, amigos y amigas de las comunidades murciana, castellano-manchega, catalana y aragonesa, limítrofes todas ellas de la valenciana. Les aviso, con la antelación y premura que las circunstancias me permiten, de que en próximas fechas, sus hermosas localidades pueden verse anegadas por una marea de valencianos, que huyendo de la masacre civil auspiciada por el gobierno regional, buscarán exilio y consuelo a lo largo y ancho de sus municipios. Les ruego tengan a bien hacer gala de su legendaria hospitalidad, y nos permitan ocupar, provisionalmente, polideportivos municipales, salones de actos y edificios polivalentes hasta que la normalidad, si es que esa paradójica utopía es factible, vuelva a nuestra tierra.

De todos es conocido el carácter alegre, bullicioso y jovial del pueblo valenciano. Por este motivo, entiendo que semejante final, tan gaseoso como silencioso, no procede. Asumiendo que la voluntad genocida y exterminadora del Consell es, ya, un hecho contrastado, y en parte, consumado, propongo llevar a cabo una masacre, a mi juicio, más acorde con el espíritu desenfadado y festivo que, tradicionalmente, nos ha avalado como colectivo. Sería mucho más apropiado y entrañable perecer engullidos por una gran mega-macro-mascletá a nivel autonómico, con paella y botellón incluidos, patrocinada por el Consell de Joventut, y amenizada con grandes éxitos del poeta y cantautor autóctono Ximo Bayo, para finalmente realizar una ofrenda floral a la Mare de Deu dels Desamparats. Entre el estruendo atronador, el alcohol, el fervor místico-floral y la pólvora nos sentiríamos infinitamente más agradecidos, incluso diría que orgullosos y satisfechos, de dar la vida por nuestras más genuinas señas de identidad. Así es cómo, al modo valenciano, se debería organizar un etnocidio en condiciones.


Post Scriptum: Se me ha pasado por la cabeza pensar que el cartel informa simplemente de las obras de canalización y conducción que abastecerán de gas los hogares valencianos, pero me parece una opción descabellada y poco realista, dado el abyecto y perverso carácter de los gobernantes que tenemos. En fin, que cada cual someta esto a su sano juicio y mejor fundamentada opinión.



miércoles, 16 de febrero de 2011

Sucesos par(i)dos….Darse de baja, echándole un par de co…rajes

Supongo que a más de uno, y en más de una ocasión, le habrá ocurrido algo similar a lo que sigue a continuación. Tratar de darse de baja de un servicio que tenemos contratado, por vía telefónica, es misión harto difícil. Lograrlo está al alcance de unos pocos escogidos.
El presente documento ilustra y da buena muestra de ello.






-Buenos días y gracias por llamar a Relativisión, le atiende la extensión 234, ¿en qué puedo ayudarle?
-(¡Por fin hablo con alguien! Llevo media hora, en espera, escuchando boleros). Buenos días, soy Benito Camela Col, y llamaba para dar de baja el servicio.
-Lo siento, señor Camela, pero en Relativision no entramos a valorar la relación que usted mantiene con el mayordomo o con su ama de llaves.
-No me refería a esa clase de servicio…
-Tampoco es de nuestra incumbencia si usted no se siente satisfecho con su inodoro.
-¡Me refiero al servicio de televisión por cable que tengo contratado con ustedes!
-Hombre, haber empezado por ahí. ¿Qué puedo hacer por usted?
-Bien, como le dije, quisiera darme de baja.
-Lamento decirle que eso es imposible.
-Supongo que está hablando usted metafóricamente.
-No.
-¿Utilizó una hipérbole?
-Tampoco.
-¿Humor de teleoperadora?
-Qué va, ni de lejos.
-¡¡Oiga, que quiero darme de baja!!
-No puede ser.
-¿Qué quiere decir eso?
-Pues mire, se suele emplear “no puede ser” cuando algo no es posible, o bien se trata de una cuestión fáctica irrealizable.
-¡Me refiero a por qué no puede ser!
-Vaya, veo que ya va haciendo usted las preguntas adecuadas.
-Dígame, de una maldita vez, la razón por la que no me puedo dar de baja.
-Verá, señor Benito, el hecho de que usted jamás haya estado dado de alta en Relativisión es un motivo de peso, ¿no cree?
-¡Vaya por Dios! ¡Ya empezamos a tocar las narices dando largas! No tengo tiempo para perder y no estoy de humor para tonterías. Dígame, por favor, y sin rodeos, de una puta vez, qué debo hacer para darme de baja.
-Ya le digo, lo tiene usted crudo. Si le apetece, se me ocurre, podría usted darse de alta, y luego, de baja.
-Bueno… Está bien, si no existe otra posibilidad… ¿Sería usted tan amable de decirme como me puedo dar de alta?
-Sin duda. Marque 0, almohadilla y asterisco.
-Hecho.
-¡Enhorabuena! Ya forma usted parte de la gran familia de Relativisión, nuestra Compañía. Voy a informarle de las tarifas, ofertas y promociones que tenemos…
-¡Déjese de historias! No me líe, ya le he dicho que me quiero dar de baja.
-¿Le gustan las vacas? Tenemos en oferta un canal temático exclusivamente bovino.
-No me interesa.
-En este momento tengo el gusto de comunicarle que hay una promoción de tres por dos. Si contrata, ahora, sus canales bovino y ovino, le instalamos, gratis, el porcino.
-Le repito, no los quiero, y además, no me gustan los mamíferos de granja.
-Si lo prefiere, tenemos un canal de monaguillos, otro de las mejores misas de gallo y nuestro canal estrella, el buque insignia de la compañía, el canal de sexo sádico ecuestre-campestre, llamado Doma y Monta de Yeguas Libidinosas.
-En fin, no sé qué decir…¿Tiene algo de cultura?
-Señor, la duda ofende. ¿Tres licenciaturas y un doctorado en filología clásica le parecen suficiente?
-Me refiero a si me puede decir si tienen algún canal de cultura.
-¡Ah!, ¡Coño!, ¡A ver si aprendemos a expresar mejor lo que queremos decir! La respuesta es no.
-No, ¿qué? ¿No tienen, o no me lo puede decir?
-Sí y no.
-¿Eing?
-Sí a que no tenemos, y no a que no se lo puedo decir. En otras palabras, que sí le puedo decir que no tenemos canales de cultura, no se venden bien. Mire que le gusta hacer las cosas más difíciles de lo que son… La cultura está sobrevalorada, no da para tanto. Sin embargo le puedo ofrecer el canal Hostia Consagrada TV, dedicado a la propagación de la fe a través de simpáticas anécdotas y caídas acaecidas durante el transcurso de bodas, bautizos, comuniones y funerales.
-Mire, señorita, ¡va a ser que no me interesa! Por favor, se lo ruego, ¡deme de baja ya!
-A ver si se aclara, hombre, que tengo llamadas que atender…Entonces, ¿le pongo un canal canino o uno equino? Decídase pronto, no tenemos todo el día.
-¡Entérese de una vez! ¡¡No quiero ningún puto canal!! ¡Quiero darme de baja! ¡¡Ya!!
-De acuerdo, pero lamento informarle de que eso no es tan sencillo. Deberá cumplimentar los formularios A-32, A-36, B-108 y Z-512, así como explicar y justificar con suma claridad en, al menos, unos 200 folios a doble cara e interlineado sencillo, los motivos por los que desea la baja, utilizando argumentos sólidos, nada de “porque sí”, “tengo una oferta mejor” o “me quiero morir”. Su solicitud sería rechazada de plano y Relativisión tomaría medidas legales contra usted. A los tipos de su calaña, que se creen unos listos, ya los tenemos calados. Además deberá aportar partida de nacimiento, informe de vida laboral, aval bancario, certificado de empadronamiento y de buena vecindad, justificante paterno, informe médico-sanitario, prueba pericial psiquiátrica en la que conste expresamente que usted no padece trastornos esquizoides y declaración jurada de últimas voluntades, todo ello firmado, ante notario y por triplicado. Nos lo hace llegar mediante un buerau-fax, certificado y con acuse de recibo. Su petición será cursada siguiendo el riguroso orden aleatorio que a mi jefe le emane de sus sacras gónadas masculinas.
-¡¡Escúcheme bien, hija de la gran puta, son todos ustedes iguales!!¡¡Llevo cinco minutos como cliente de Relativisión y ya me están tocando mucho los cojones!! ¡¡Deme de baja ya o páseme con un superior!!
-¿Perdón…?
-¡¡¡¡Que me dé de baja ya o que me pase con su jefe!!!!
-No, si ya le había entendido y le pedía disculpas porque siento no poder procesar su petición, le informo de que está usted hablando con una centralita automatizada.
-……………………..(se escuchan lloriqueos y golpes)……………………………….........
-Señor Benito, no me llore, hombre, que las máquinas también tenemos sentimientos, se me pone la carcasa de gallina y ahora mismo tengo el microprocesador en un puño. Casi no me sale la voz porque se me ha puesto un nudo en la tarjeta de sonido.
-…………………….(más lloriqueos, cabezazos y palabras indescifrables)………….............
-Señor Benito, ¿está usted ahí? ¿Se encuentra bien?
-Sí, creo que no. Snif, snif, ¿tiene algún canal felino?
-Sí, un momento. A ver, a ver… Tenemos uno, Universo Gatuno.
-Pues, snif, póngamelo.

lunes, 14 de febrero de 2011

Sucesos par(i)dos….despedida epistolar de un vecino algo disgustado







Distinguido, apreciado y nunca justamente valorado, cerdo del 1ºB:

Mi nombre es Joseba Joiz Kierda, y dado que jamás mostró interés alguno en saber de mi existencia y la de mi familia, le diré que soy su, hasta hoy, vecino del bajo B, o como usted solía decir, el pringado de abajo. Le remito la presente para comunicarle, con agrado, que me mudo. Le ruego que me disculpe si atisba un ápice de hostilidad en mis palabras, pero le garantizo que no soy yo quien escribe, sino mi júbilo infinito al saber que, por fin, me voy. Espero y deseo que esta emotiva despedida, lejos de ser un adiós o un hasta luego, suponga, cosa que no imagina cuánto celebro, un hasta nunca.

Lamento profundamente haberle llamado cerdo en el encabezado, pero no crea que lo siento por usted, sino por el pobre animal, que no merece, bajo ningún concepto, la infame desdicha de compartir apelativo con alguien como usted. Tal vez la lengua castellana, y a pesar de su riqueza léxica, me resulte insuficiente para encontrar el calificativo con el que poder definir o describir lo que pienso sobre su persona.

Me tomo la libertad de ponerme en contacto con usted a través de este medio, fundamentalmente, por dos motivos:
Por una parte, a lo largo de estos interminables años, ha hecho usted gala de una desmedida indiferencia ante cualquier conato de saludo o acercamiento verbal, lo cual me ha llevado a imaginar que, o bien padece una sordera bestial o, sencillamente, no posee la capacidad necesaria para escuchar a los demás.
Por otro lado, y arriesgándome a errar en mi predicción, le presupongo, tal vez injustificadamente, la habilidad de reconocer la palabra escrita, es decir, de leer. Dado que, en una ocasión, me pareció escuchar cómo de sus labios se escapaba un sonido, identificado en su momento como un “eh”, me aventuro a adjudicarle una cierta actividad cerebral, lo que me llevó, en su día, a confirmar, con sorpresa, que era usted un ser humano.

Quisiera decirle lo mucho que le vamos a echar de menos, pero estaría mintiendo como un bellaco. Por tanto, me dispongo, aquí y ahora, a enumerarle los motivos por los cuáles, mi familia y yo, lo tenemos en tan baja estima.

Llámeme intolerante, si quiere, pero lamento discrepar con usted en que arrojar colillas de cigarro encendidas desde su ventana a mi patio sea una actividad divertida. Puestos a ser creativos, y en vista de que le gusta jugar con fuego, le propongo que trate de entretenerse introduciendo los cigarros, sin apagar, por cualquiera de sus orificios corporales, antes de, definitivamente, ingerirlos. A que mola?

Sé que quizás no lo llegue a comprender, pero aprovecharé para decirle, por si no lo sabía, que en el patio de mi casa, que es particular, no hay ningún letrero que indique o afirme que se trata de un vertedero. Por tanto, y apelando a su hipotética capacidad intelectual de homínido en ciernes, le sugiero e invito a que con los desperdicios orgánicos, puede hacer usted lo mismo que con los cigarros, sólo que en vez de por vía oral, los puede usted engullir por el recto.

Mi familia y yo tampoco terminamos jamás de comprender la hilaridad que se escondía tras su habitual recital de eructos matutinos. Tampoco nos hacían gracia los vespertinos, y ni que decir tiene, menos aún, los de las serenatas nocturnas, en las que se unían a su alegre fiesta puerco-musical, sonoras y rítmicas ventosidades. Sus posteriores carcajadas de troll desequilibrado, tal vez por el desconocimiento por nuestra parte del propósito que tenían o quizás por nuestra falta de sentido del humor, tampoco llegaron nunca a ganarse nuestra simpatía.

Su estupidez, mezquindad y falta de sentido común han quedado, siempre, bien patentes en las reuniones de comunidad a las que he tenido la desgracia de asistir, como aquella vez en la que intentó sacar adelante una propuesta para destinar el patio del bajo a piscina comunitaria. Hay que ser un mentecato y un lerdo para sugerir semejante insensatez. Le recuerdo que en el bajo vivimos, mejor dicho, vivíamos personas, y que debido a nuestra condición y naturaleza humana, a diferencia de su propia condición natural de merluzo, no estamos muy familiarizados con la respiración branquial, cabeza de chorlito.

Probablemente tampoco echaremos en falta a ese firme aspirante a Belcebú de 16 años, al que usted suele llamar hijo, y al que se está encargado, bien lo sabe Dios, de transmitir todas sus inquietudes porcinas, virtudes bovinas y habilidades caninas. No. No añoraremos esas noches, día sí, día también, en las que ustedes dos volvían en estado de embriaguez y se dedicaban a miccionar y/o vomitar sobre el felpudo que precede a nuestra sufrida puerta de entrada, mientras entonaban sus patéticos y animados cánticos de borrachos redomados. Ni tan siquiera nos importa que no nos vuelvan a robar la correspondencia del buzón. No, definitivamente no los echaremos de menos.

Afortunadamente, mi desgraciado ex vecino, no todo ha sido malo. Mi esposa y yo hemos disfrutado mucho de sus ausencias. Quizás no tanto como su fogosa mujer, que ha aprovechado cada una de ellas lo mejor que ha podido. Doy fe de que han sido numerosísimas las ocasiones en que, mi esposa y yo, hemos escuchado, perplejos, los inconfundibles gemidos de placer de su señora, mientras usted estaba fuera, borracho por los bares. Lo cierto es que nos hemos divertido muchísimo, tratando de adivinar quién sería el causante y artífice de tales espontáneas y ostentosas manifestaciones de lujuria desatada. La verdad es que nunca nos resultó fácil acertar, pues al parecer tanto el frutero, como el cartero, el butanero, el panadero, el vecino del 5º y el del 2º, entre otros, han debido ser excelentes amantes para ella. De hecho, permítame apuntar que existe un extraordinario y asombroso parecido entre su vástago y el panadero, no cree?


Sinceramente,
Joseba

Post Scriptum: Dado que, desgraciadamente, me temo, no es probable que su mente de Neanderthal tarado consiga procesar tanta información sin riesgo de implosión, a continuación, y a modo de síntesis, le brindo una traducción de lo que le vengo comentando.

Maldito borracho asqueroso, descerebrado hijo de puta y cornudo mamón:
Me piro del edificio. Que te jodan. Los cigarros, te los comes, y la mierda,  te la metes por el culo. Que te jodan otra vez!

Sinceramente,
El pringado de abajo


miércoles, 9 de febrero de 2011

descontextualizArte es la idea

Con anterioridad ya he hablado acerca de la descontextualización como mecanismo generador de ironía. En más de una ocasión, incluso, la he utilizado, de forma más o menos velada, para recrear situaciones que, con más voluntad que talento, pretendían exprimir la comicidad que, en un principio, no presentaban.
Hoy, sin ir más lejos, abundaré en la materia, dando alguna pincelada (permítaseme la gilipollez redundante) sobre un par de obras pictóricas que, pese a no haber sido concebidas como irónicas, potencialmente, lo son.
En primer lugar he escogido un retrato de grupo llamado “La lección de anatomía del profesor Tulp”, cuyo autor es un tal Rembrandt, de quien algo habréis oído hablar. Éste es su primer retrato de grupo, pintado cuando tenía 26 años. Fue un encargo del potente gremio de los cirujanos, de los cuales Tulp, famoso médico de Ámsterdam, era un representante eminente.



El egregio profesor Tulp se dirige, en tono agrio, a sus ¿ayudantes?:

Cielo Santo! Forman ustedes una pandilla de ineptos! Se puede saber quién es el responsable de esto? Este hombre ingresó ayer con un esguince de meñique y cortes superficiales. Había que entablillar, no descuartizar. Cuando les dije que detuvieran la hemorragia no me refería a que le despojaran de su sistema circulatorio. Sabe Dios que este hombre jamás volverá a sentir dolor en el brazo, digo aun más, jamás volverá a sentir en el brazo. Ustedes no me aprenden. Ahora presenta un cuadro clínico que es, a ojo de buen cirujano, cuando menos, inquietante. A ver qué le decimos cuando despierte de la sedación etílica. Venga, usted, el de atrás, cósale unas pegatinas del Pato Donald en la mano y póngale un lazo azul, que viste mucho. Quizás, con un poco de suerte, no salga de ésta. Dios, qué ganas tengo de que se acabe el aciago Barroco, y con él la calamitosa Edad Moderna!



A continuación os presento una obra de Diego de Velázquez, llamada “El triunfo de Baco”, más conocido popularmente como “Los borrachos”. Para darle un aire más fresco y renovado, así como para enlazar con los gustos juveniles de hoy en día, se me ocurre, podríamos rebautizarla con el nombre de “Los hombres de Baco”.
De esta obra siempre me ha llamado poderosamente la atención el personaje que se halla en el centro de la composición, el del bigote y el sombrero. Lo cierto es que, desde hace años, su inconfundible sonrisa etílica me ha venido recordando a alguien, al que hasta hace relativamente poco, no había podido identificar. Hízoseme la luz un buen día, y desde entonces no he visto el momento de compartir tal dicha con vosotros. Ese día ha llegado. No me considero un buen fisonomista, pero espero e intuyo que alguien coincidirá conmigo en el parecido razonable. Por motivos que comprenderéis, no desvelaré, aquí y ahora, su identidad.




Qué hará ese buen hombre ahí?
Hablará catalán en la intimidad con Baco? (en la mitología clásica era Paco, pero tras innumerables cogorzas y tajadas, la oclusiva bilabial sorda (P) se volvió oclusiva bilabial sonora (B), así, por las buenas, sin dar explicación alguna).
Lo cierto es que hay que reconocer que se trata de un personaje polifacético. Conocedor de lenguas (catalán en la corta distancia, como se dijo antes, e inglés con genuino acento tejano), conferenciante ilustre, ponente insigne, amigo de sus amigos (Jorge Arbusto y Antonio, el del film dogma del Proyecto de la Bruja esa), así como jactancioso y orgulloso transgresor del código de la circulación vial. Máximo exponente del oportunismo histórico, después de sus falsos posados-robados de las Azores, lo que jamás podía sospechar es que apareciera en un cuadro de Velázquez, del siglo XVII, junto a otros seres divinos y beodos, a pesar del profundo y conocido amor que profesa a la botella.
Estoy pensando en un tema musical, del grupo Astrud, llamado “Hay un hombre en España que lo hace todo”. Qué quereis que os diga, lo veo en el papel, hay que joderse, o faestidiarse, que para la ocasión me viene mejor.






 







sábado, 5 de febrero de 2011

La cuenta…¿por favor?...Ésta es la Última Cena

Ha costado, pero, finalmente, salió. Pretendía establecer un paralelismo entre las dificultades encontradas para la gestación de este artículo y los problemas de deposición de los individuos que padecen estreñimiento, pero creo que no es apropiado.
Empezamos:


La cuenta…¿por favor?

No sé si esto me sucede únicamente a mí, pero, en ocasiones, tengo la extraña sensación de que cuando formulo esta petición, mi tono de voz tiende a tornarse casi interrogativo a medida que las palabras van brotando de mis labios. Supongo que quizás es el deseo oculto, la vana esperanza, de que la respuesta recibida sea un: “no, no se debe nada”. Al pronunciar esta frase, inconscientemente, fijamos un punto de inflexión en el ritual de la comida. Existe un antes y un después de “la cuenta…¿por favor?”. El cliente, al pedirla, y leyendo entre líneas, está diciendo: hasta ahora he disfrutado yo, ahora, lamentablemente, te toca a ti.
En fin, no quisiera desviarme demasiado del tema que nos ocupa hoy, que, en parte, tiene que ver con restaurantes y cuentas que saldar.

ESPACIO Y TIEMPO

El acontecimiento que pretendo narrar sucede, íntegramente, en el restaurante “Casa Poncio. El Rincón Hebraico”, pulcro local donde los haya, en el que además se invita a la higiene personal del cliente, a través de su celebrado lema: “Nosotros nos lavamos las manos… ¿y usted?”.

Sobre el momento en que transcurre la acción, diré que es un miércoles, no cualquiera, víspera de Jueves Santo, a las diez de la noche, hora de Judea.

MENÚ ESPECIAL DE SEMANA SANTA PARA TRECE PERSONAS:

-Antipasti: morros de nutria, surtido de patés “horror vacui”  y huevos de Pilatos, revueltos, de centurión.
-Ensalada Iulius Caesar Augusta.
-Plato principal: Besugo a lo Herodes, si te gusta, bien, y si no te…lo dejas.
-Postres: huesecillos de santo, galletas maría, magdalenas y pastelillos de cabello de ángel.
Pan de oblea, vino, servicio, propinas e impuestos incluidos.

Precio: 1 denario de plata por persona.

HECHOS


Se reúne para cenar el departamento comercial de la empresa “Christchurch & Fellows Inc.”. El motivo, una despedida. Jesús, project manager, gurú del coaching y experto en liderazgo, deja su puesto vacante. Realmente no abandona la empresa, más bien se trata de un Ascenso. Durante los últimos años ha venido desempeñando las funciones de comercial, marketing  y difusión de los valores de la Compañía, con un éxito tal, que ha sido llamado por el Jefe, su padre, para ocupar un cargo de mayor responsabilidad, en un despacho en el Más Allá, o más arriba (como queráis), en la Oficina Central, justo a su derecha, coordinando los departamentos de atención al creyente y milagros mundanos.

La velada resulta exitosa hasta el momento de pedir la cuenta. Es entonces cuando se percatan de que el precio que les exigen no responde a sus expectativas. Habían concertado el menú especial de Semana Santa, por lo que contaban con abonar un total de 13 denarios de plata, en vez de los 30 que les reclaman. Según parece, alguien ha pedido exquisitos manjares extra, por un valor de nada más y nada menos que 17 denarios, cantidad que no consiguen reunir entre todos.
El desconcierto es absoluto, la tensión se palpa en el ambiente, y acaban por enzarzarse en agrias discusiones y acaloradas polémicas.




A nuestra derecha, contemplamos a Mateo, Judas Tadeo y Simón, interpretando el siguiente diálogo:

-Mateo, señalando a Jesús: “Puesto que, sin duda, Jesús es el Mesías, podrá obrar el milagro de los 30 denarios.”

-Simón, encogiéndose de hombros: “Seguramente, pero, como verdadero Mesías, jamás sería beneficiario de uno de sus propios milagros. ¡La cosa pinta parda!”

-Judas Tadeo: “Yo, qué queréis que os diga, si de mí dependiera la decisión, lo mejor sería hacer un simpa.”

Más cerca de Jesús, encontramos a Tomás, Santiago el Mayor y Felipe:

-Felipe, a medio incorporar: “Lo siento, Jesús, la culpa es mía. Sucumbí a belcebú, pedí una “Pizza Diavola”, con extra de queso y pepperoni, es mi debilidad.”

-Tomás, alzando el dedo índice de la mano derecha: “Señor, ¡yo tan sólo he tomado un morro de nutria!, ¡¡Alguien ha debido de tocar mis huevos de Pilatos!!”

-Santiago el Mayor, que ha bebido un poco…bueno, mucho, trata de contener a Felipe y a Tomás, con voz etílica: “¡Atrás! ¡Dejad al maestro en paz! ¡Vaya cruz le ha caído con vosotros! Por cierto, ¿queda un poco de orujo de hierbas?”

-Bartolomé, a la izquierda, intenta salir de la escena. Avergonzado, piensa: (¡Vaya tela! ¡Menudo lío se ha montado! Si lo llego a saber no pido el kilo de ostras del Mar Muerto. Con lo bien que nos lo estábamos pasando. Al final sólo hemos podido inventar 10 de los 40 mandamientos que habíamos previsto. ¡Cáspita!)

-Juan, cariacontecido, reconoce lo siguiente: “He de confesar que yo también he pecado. Aun a riesgo de enojar a Pedro, y a su decadente negocio de pescado, diré que donde esté un buen Cordero de Dios, que se quite el pescado del mundo.”

-Santiago el Menor trata de sujetar a Pedro, mayorista, de los que no limpian pescado, y con el negocio en horas bajas: “Pedro, recuerda que la violencia no es el camino. ¡Suéltalo, o te mato!”

-Pedro, se acerca a Juan, algo irritado por su comentario sobre el pescado del mundo, y haciendo gala de su cortesía y afabilidad acostumbrada le formula una sugerencia: “Juan, querido amigo, tu sigue así, comiendo cordero, ¡¡que cualquier día te rebano el pescuezo!!”

-Andrés, que debido a su avanzada edad sufre un trastorno del sueño, intercala episodios de profunda amnesia con otros de euforia incontrolada, exclama: “Señores, esto no va conmigo, ¡¡jamás se me ocurriría tocar los huevos de Pilatos de Tomás!!”

-Judas Iscariote, se gira, y aprovechando la confusión, piensa: (¡Mosquis!, éste es buen momento para esfumarme, voy a coger este trozo de pan y me abro. Esto se está poniendo chungo, así que me largo, he quedado para cobrar 30 denarios de plata, en concepto de traición. Esperadme, que ahora vuelvo a pagar, ¡jejeje!)


-Jesús, en el centro, con su legendaria actitud beatífica y su infinita bondad, agotando sus escasas reservas de paciencia, alzando la voz, impostándola y gustándose a sí mismo, se dirigió a sus discípulos: “Queridos hermanos, ahora, más que nunca, me reafirmo en mi voluntad de abandonar el departamento. Después de transitar por Tears Valley (valle de lágrimas), este momento supone la gota que colma el vaso. Me habéis dado la noche, ¡ya no puedo más! ¡Me estáis amargando la existencia! ¡Os juro por papá que ésta es la Última Cena que organizo!”

Y el resto de la historia, imagino, ya la conocéis.
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